https://doi.org/10.15174/orhi.vi19.16

Estante


Guy Rozat Dupeyron, Preliminares de la Conquista

 

 

Guy Rozat nos congratula, en 2023, con una nueva publicación. Esta vez, de la mano de la recién fundada editorial veracruzana Mar Adentro, inaugurando su sección de historiografía titulada “Ariles de la memoria”.

Preliminares de la Conquista es un texto que desde su título remite a una estructura capitular de cinco conferencias extendidas en forma de capítulos de libro que versan sobre diversos tópicos de la Conquista de México. Llama la atención lo sugerente del título, porque quienes han leído con atención la obra historiográfica de Rozat se darán cuenta de que sus encabezados siempre son una curiosa provocación e invitación para leerlo. No obstante, en esta ocasión, Guy no nos trae hoyos negros,1 ni memorias esquizofrenizantes,2 ni láseres historiográficos.3 Más bien, Preliminares de la Conquista se siente como una pequeña pausa analítica para revisionar, reflexionar y reescribir, desde el presente, una trayectoria intelectual de casi cinco décadas dedicada al tema de la historiografía indiana; eso sí, con la peculiar sazón intelectual de su autor.4

Es innegable el esfuerzo que Rozat imprime en sus investigaciones al momento de hacer entendible la incapacidad de comprender la figura antropo-discursiva de el Otro en la reflexión historiográfica de los relatos de la Conquista de México.5 Así, aunque si bien a lo largo de Preliminares el autor enfatiza que existe una idea compartida entre todas las culturas de un binomio identitario Yo-Otro, lo que importa es comprender las recepciones, continuidades y rupturas que entre culturas de conquistadores y conquistados se han hecho en torno a creer y hacer efectivo el relato del pueblo elegido, de su bonanza de expansión y de su descubrimiento gracias a ser los favoritos de un Dios verdadero.

Por lo tanto, Rozat inicia su obra cuestionando el relato migratorio-fundacional de los judíos, moros y cristianos (capítulo I), con especial énfasis en la manera en la que los hispanos de los siglos XIV al XVI pensaban en el nacimiento del “espíritu historiador hispano” (capítulo II), aquel que inventaba su propia historia de conquista y poder por medio de la justificación simbólica y la destrucción de la memoria de sus conquistados (capítulo III).6

Gracias a lo anterior, el autor de Preliminares se hace la siguiente pregunta: “¿A quién le pertenece el relato de la conquista?” Obviamente, la intención de esta cuestión es la de señalar posibles vías de estudio historiográfico que intenten dar cuenta de los lugares de producción social desde los que se enuncian dichos relatos (capítulo IV).7 Para ello, habrá que tener en cuenta la importancia de la figura del testigo y el problema de la verdad en la naturaleza discursiva del contenido de las crónicas americanas (capítulo V). Dicho con otras palabras, a Guy Rozat le importa comprender “[...] la verdad del relato construido sobre la conquista y la verdad del hecho ocurrido en dicha conquista” (p. 17).

Rozat plasma la controversia del relato verdadero versus la verdad de lo sucedido cuando pone en un banquillo inquisitorial a la propia noción de cristiandad, ya que, como él lo señala, “[ésta] no implica simplemente una comunidad espiritual más o menos numerosa, sino que designa ahora una estructura de carácter social y temporal, un espacio, un poder; y por lo tanto tienen que aparecer instituciones encargadas de vigilar la defensa de ese espacio y de ese poder”(p. 52). Así, pues, podemos entender el impacto que para los hispanos significó encontrarse con grupos de personas cuyos lugares no tenían registrados en su noción del mundo;8 y de allí que, como lo apunta nuestro autor, “[...] la primera pregunta fue saber si esos indios eran realmente hijos de Adán” y no el si eran humanos como ellos.

Más adelante, Rozat nos invita a repensar la figura de los religiosos, conquistadores y oficiales regios, ya que, desde su óptica, estos herederos cristiano-humanistas institucionalizaron un relato caleidoscópico en el que los indígenas servían a los beneficios discursivos de cada miembro de estas instituciones, pues, al final, lo que importaba era destruir la memoria del pasado americano en pos de un renacimiento occidental en la que se conservaran los relatos del Viejo Mundo y, de esta manera, configurar los imaginarios del Nuevo Mundo hacia una memoria mestiza que fundara un mito lo suficientemente sólido para preservar la tradición de la Conquista y la evangelización.9

Uno de los rasgos característicos rozatianos es el de problematizar las lecturas de primera fuente y saber dirigir las interpretaciones retóricas a todo un grupo de figuras históricas que estuvieron al servicio de la construcción de relatos fundacionales.10 En ese sentido, en Preliminares de la Conquista, Guy se interesa en desmenuzar hermenéuticamente a dos sujetos históricos propios de los relatos indianos: Alejandro Magno y las Indias. A través del análisis historiográfico de éstos, Rozat afirma que la intervención del pasado conserva una nítida propuesta hacia las adecuaciones discursivas de los orígenes de una cultura, ya que están en juego los siguientes elementos:

  1. La memoria: en tanto que se reescribirá una nueva historia en la que los individuos conquistados ocuparán un lugar profético, pues la historia de los vencedores les enseñará que su derrota ya era una promesa de victoria que su Dios les había hecho a sus antepasados.11

  2. El olvido: se intentará destruir por completo (o casi) todo vestigio que dé cuenta del pasado herético de los vencidos y en el que éstos aún se puedan aferrar para conservar sus tradiciones y costumbres.12

Ahora bien, Guy Rozat insiste en que estudiemos la compleja relación del mundo del libro y la lectura en los siglos XIV al XVI,13 pues es a través de este tipo de estudios que podemos darnos cuenta de la manera en la que Colón, Cortés o Motolinía intentaron acomodar sus relatos y tratar de convencer de la existencia de paisajes de interés imaginarios para las cortes de Carlos V y Felipe II, personajes que sólo supieron de América a través de las imágenes que ellos mismos se creaban al leer estos relatos y relaciones.14 Y es que no debemos olvidar que el proceso retórico de semejanza que el Viejo Mundo hizo sobre el Nuevo dependió, en su mayoría, de la capacidad inventiva de cada uno de los que cruzaron el continente para apropiarse de territorios y gobernaciones para su propio beneficio.15

En ese sentido, Guy pone el dedo en una reflexión historiográfica que debe seguir siendo explotada: ¿por qué a los naturales americanos se les llamaba indios?, ¿por qué el nombre de Indias Occidentales? Como preámbulo a este fascinante viaje de lecturas e interpretaciones hermenéuticas, nuestro autor nos dice: “Entre muchísimas cosas, llamaron poderosamente nuestra atención los ciclos de conquista de la India que contiene esa literatura latina. Estas Indias aparecen como tierras de conquista por excelencia”(p. 125).

De esta manera, el pasado discursivo -que no histórico- indiano en Preliminares de la Conquista es siempre visto desde una reflexión historiográfica ágil y propositiva, en donde lo que se intenta es comprender que las narrativas de las crónicas de la conquista, en tanto productos de la inventio, la simplificatio y la exégesis retórica de los siglos XVI al XIX, son representaciones relativamente originales, empero, su comprensión de la realidad descrita comparten lugares de producción imaginarios en común.16

El último tema que se analiza en Preliminares tiene que ver con los mitos indígenas. Y, aquí, Rozat se pregunta (debatiendo la producción historiográfica de un investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y miembro de la Academia de Historia) si éstos pueden ser considerados como bastiones puros de identidad indígena, pues para él es clara la intervención occidental que hay en ellos para la preservación (que no conservación) de estos relatos (re)fundacionales. Lo anterior surge en el momento de estudiar las diversas traslaciones de aquellos mitos en las que cada versión cubre una necesidad específica de acuerdo con los productos (crónicas, relaciones de méritos, historias) y las instituciones que las promueven.17

Por lo tanto, comprender la historicidad de la presencia de los mitos en los relatos americanos se entiende como una tarea en la que hay que “reflexionar sobre[…] una vía poco transitada de explicación histórica en la historiografía mexicana […] 'considerar el punto de vista indio [en esos relatos]' (p. 185). Como podemos darnos cuenta, ya desde el inicio de la discusión tenemos una alta expectativa acerca de las vertientes que se desarrollarán: el efecto de recepción que tienen los presagios mencionados en las crónicas y documentos hispánicos de los siglos xvi y xvii, el querer saber si todos ellos son una auténtica elaboración del pensamiento indígena o, más bien, si éstos son productos de convenciones sociales escriturarias bajomedievales y humanistas.

En conclusión, Preliminares de la Conquista es un libro que marca un hito en la producción historiográfica de Guy Rozat, ya que brinda un ejercicio de introspección bastante enriquecedor que resume su propia técnica metodológica preocupada en estudiar el orden del discurso propio de las crónicas, en tanto que éstos fungen como relatos elaborados después de los acontecimientos y que tienen que hacer efectivas las justificaciones retóricas de los vencedores y vencidos al momento de crear nuevas memorias fundacionales institucionales del Nuevo Mundo.

 

Notas

[1] Guy Rozat, “Los relatos de la Conquista de México como hoyo negro de una memoria esquizofrenizante”, en: Historia y Grafía, año 24, núm. 47, julio-diciembre, 2016, pp. 17- 48.

[2] Rozat, “Relatos”, 2016, pp. 17- 48.

[3] Guy Rozat, “El láser historiográfico: teoría de la historia e historiografía”, en: Guy Rozat y José Pantoja (eds.), El historiador de lo inverosímil. Para acabar con la impunidad de Duverger, México: Publicaciones de Graphen. Revista de historiografía, pp. 391-415.

[4] Otros títulos de libros de Guy Rozat son: América, imperio del demonio, México: UIA, 1995; Los orígenes de la nación: pasado indígena e historia nacional, México: UIA, 2001; Indios imaginarios e indios reales en los relatos de la conquista de México (la edición más actualizada, México: Ediciones Navarra, 2018).

[5] Walter Mignolo, La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial, México: Gedisa, 2007.

[6] Miguel ángel Segundo Guzmán, Historia y mirada en las crónicas de América, México: Universidad de Guanajuato, 2018 (Historiografías).

[7] Michel de Certeau, La escritura de la historia, México: Universidad Iberoamericana, 1996.

[8] Luis René Guerrero Galván y Alonso Guerrero Galván (coords.), Descubrimiento, conquista e institucionalización: de las expediciones al Yucatán a la consolidación de la Nueva España, 2 ts., México: UNAM/Anáhuac, 2022.

[9] Algunos títulos clásicos son: Robert Ricard, La conquista espiritual de México, México: FCE, 2004 (1.a 1947); David A. Brading, Orbe Indiano, México: FCE, 1993 (1.a 1991).

[10] Miguel ángel Segundo Guzmán, “El descubrimiento de América en la última hora del mundo: la hermenéutica franciscana”, en: Nuevo Mundo Nuevos Mundos, 2012, doi: https://doi.org/10.4000/nuevomundo.63661.

[11] Guy Rozat, Indios imaginarios e indios reales en los relatos de la conquista de México, México: Ediciones Navarra, 2018.

[12] Serge Gruzinski, La colonización de lo imaginario, México: FCE, 2000 (1.a 1988).

[13] Henry Kamen, Felipe de España, Madrid: Siglo XXI, 1997.

[14] Zrving Leonard, Los libros del conquistador, México: FCE, 2009.

[15] José María Vallejo García-Hevia, Vasco Núñez de Balboa. Reflexiones sobre su proceso, condena y muerte (1509-1519), México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-unam, 2015.

[16] Véase: Guy Rozat, Indios imaginarios e indios reales en los relatos de la conquista de México, México: Ediciones Navarra, 2018.

[17] Leticia Pérez Puente, La Iglesia del rey. El patronato indiano y el libro 'De la gobernación espiritual', México: UNAM/Anáhuac, 2021.